Tatiana Ţîbuleac.
Reseña de: FJ Arcos Serrano.
Impedimenta. Madrid, 2019. Título original: Vara în care mama a avut ochii verzi. Traducción de Marian Ochoa de Eribe. 256 páginas.
Aleksy aún recuerda el último verano que pasó con su madre. Han transcurrido muchos años desde entonces, pero, cuando su psiquiatra le recomienda revivir esa época como posible remedio al bloqueo artístico que está sufriendo como pintor, Aleksy no tarda en sumergirse en su memoria y vuelve a verse sacudido por las emociones que lo asediaron cuando llegaron a aquel pueblecito vacacional francés: el rencor, la tristeza, la rabia. ¿Cómo superar la desaparición de su hermana? ¿Cómo perdonar a la madre que lo rechazó? ¿Cómo enfrentarse a la enfermedad que la está consumiendo? Este es el relato de un verano de reconciliación, de tres meses en los que madre e hijo por fin bajan las armas, espoleados por la llegada de lo inevitable y por la necesidad de hacer las paces entre sí y consigo mismos.
Como lector empedernido desde mi más tierna niñez hacía tiempo que no me encontraba con un personaje tan autodestructivo, violento, despiadado y manipulador como el que existe en estas páginas.
La escritora y periodista Tatiana Tibuleac (1978, Moldavia) afincada en Francia, ha creado una brutal novela llena de matices y reflexiones, por la que la crítica especializada la ha posicionado a la primera fila de las nuevas voces de la literatura europea.
Como lectores privilegiados asistimos a modo de flashback a un pasado convulso del día a día de esta familia disfuncional, destacando por encima de todo una crudeza descarnada que se traduce en un terapéutico viaje de redención.
Estructurada en capítulos breves a modo de catálogo de desgracias donde predomina siempre por encima de todo una rabia contra una madre que no ha sabido amarle, encontramos los únicos momentos de compasión cuando Aleksy recuerda a su hermana muerta….hasta que la escritora nos revela una de esas sorpresas que hace que el relato cambie, al igual que lo hace los sentimientos del personaje hacia su madre.
Hay muchísimo que rascar en esta novela: desde una profunda injusticia por haber nacido y la pregunta universal sobre a qué se debe esta falta de justicia, el perdón, la redención, la enfermedad, el rechazo, el olvido o el daño.
En definitiva: El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes es una historia tan desgarradora como atractiva y que la convierte por méritos propios en una de las mejores novelas de este 2019.
1 comentario:
No había escuchado hablar sobre esta historia pero tras tu reseña no puedo evitar añadirla a mis pendientes. ¡Me ha entrado muchísima curiosidad! Muchas ganas por tu reseña.
Nos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
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