Volumen II: Sonic Youth.
Jeff Lemire.
Reseña de: FJ Arcos Serrano.
Astiberri. Col. Sillón orejero. Bilbao, 2019. Título original. Royal City, vol. 2: Sonic Youth TP. 136 páginas, color.
En esta segunda entrega de Royal City, Lemire retrocede en el tiempo hasta 1993 para seguir los pasos de unos aún adolescentes hermanos Pike. Es este año cuando los misterios alrededor de la muerte de Tommy aún no han sido borrados y cuando todos los pecados que ahora persiguen a la familia Pike aún no se habían cometido. Este tomo profundiza aún más en la génesis de la soledad de los personajes, atrapados en una ciudad que se siente tan sola y atrapada como ellos.
Continuamos reseñando Royal City de Jeff Lemire, título que mira directamente al universo que el autor canadiense dibujó y escribió años atrás en la imprescindible trilogía de “Essex County”, expandiendo así una galería de personajes atrapados por los límites imaginarios de una ciudad de la que no pueden escapar.
Analizaremos el comportamiento de todos los hijos Pike, pero sobre todo nos centraremos en Tommy, el hermano pequeño, incapaz casi de levantarse de la cama o encender las luces por unas cefaleas que, literalmente, no le dejan vivir. Para combatir el dolor, escribe una y otra vez la lista de sus discos favoritos de la historia: Bleach, de Nirvana; Surfer rosa, de Pixies; Eric’s Trip, de Love Tara; London Calling, de The Clash…detalle que me ha encantado, ya que soy un gran melómano de esa época y para mí son auténticos discos de cabecera que me han acompañado y lo seguirán haciendo el resto de mi vida.
Nadie como Lemire para plasmar en viñetas las miserias de los combates cotidianos que nos va presentando la vida. Su habilidad para hacer que estos personajes sean totalmente tridimensionales y corpóreos es asombrosa, con los que es fácil empatizar de manera inmediata con todo lo que le pasa a los integrantes de esta familia.
Jeff Lemire sigue regalándonos un estilo desprolijo a simple vista, pero que cumple una función orgánica para la historia. Los sentimientos y características distintivas de los personajes y la ambientación de cada una de las escenas se sienten de manera muy directa a través de las páginas, potenciado por unas excelentes acuarelas que enriquecen el conjunto.
Con este tomo me ha ocurrido una cosa que hacía tiempo no me pasaba y es el pasar las páginas y no poder evitar recordar a todas aquellas personas importantes para mí que jamás volverán…y eso, amigos, es MAGIA PURA.
La fantástica edición de Astiberri en tapa dura contiene como extra un sentido homenaje con sus portadas alternativas a discos clásicos de los 90 (Sonic Youth, Hole, Weezer…) a cargo de dibujantes como Nate Powell, Ray Fawkes o Jeffrey Brown.
Muchísimas ganas de ver qué nos depara el tercer y último número de esta trilogía que lleva el camino de convertirse en una de esas obras para atesorar en la estantería y releerla de vez en cuando.
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