Reseña: Almas desahuciadas

Almas desahuciadas.

VV.AA. (Coordinación: Susana Calvo).

Reseña de: Consuelo Abellán Colodrón.

Autoedición (digital). Formato: pdf, epub, mobi (pago social en Lektu). 36 páginas.

Esta es una recopilación de dieciséis microrrelatos (alrededor de cien palabras cada uno) que surgen de la necesidad de su artífice, Susana Calvo, de obtener algo positivo de una experiencia casi traumática. Cuando se marcharon los que habían sido sus inquilinos durante unos años, encontró que le habían dejado la casa totalmente destrozada. De haber sido un coche, se habría declarado siniestro total. Las fotografías que tomó sirvieron para informar debidamente al seguro, pero siendo Susana como es, tenían que servir para algo más. Y qué mejor fin que uno literario.

Invitó a unos cuantos amigos, todos ellos Diseccionadores de novelas, a elegir una fotografía y escribir un cuento basándose en ella. Yo tuve la suerte de asistir en directo a la gestación de la idea, y ahora tengo la satisfacción de haber visto el resultado y poder comentarlo aquí.

Imagen extraída de la versión en pdf

Lo primero que quiero señalar es que, a la vista de las imágenes que acompañan a los textos, no es de extrañar que haya quedado una recopilación de cuentos bastante oscura y desasosegante. Los objetos cotidianos se vuelven siniestros y amenazadores, las ventanas abiertas sugieren historias de huidas y caídas, los armarios ocultan secretos o criaturas terroríficas, la cocina lleva a comidas y bebidas de origen dudoso y la chimenea… ¿qué puede entrar por la chimenea? Hasta el cuarto de baño se convierte en un escenario violento.

En segundo lugar, me permito una recomendación acerca del formato de lectura. De todos los disponibles, el PDF es el que procura una experiencia más satisfactoria y en el que se aprecia mejor el mimo con el que está editado. Incluso para aquellas personas que son reacias a leer en un ordenador o tableta, creo que merece la pena, pues son apenas unas pocas páginas (una por relato más la breve introducción).

Finalmente, para no caer en la incongruencia de escribir una reseña más larga que el propio libro reseñado, creo que haré un micro-comentario de cada micro-cuento. Perdonadme el estilo telegráfico, pero la ocasión lo requiere.

Reciprocidad (Teresa P. Mira de Echeverría): poderosas y poéticas imágenes para una venganza.

La espera (Santiago García Soláns): aversión borgiana hacia los espejos (si no la había, la habrá después de leerlo).

Niña, ¿vivir? (LJ Salart): la maldición de ser un adivino compasivo.

Paredes mudas (Marina Victoria): una historia terrible meramente insinuada.

La casa sangraba (Gabriel Romero de Ávila): sangrienta premonición.

Imagen extraída de la versión en pdf

El desván (Gabriel Romero de Ávila): el final de una pesadilla y el comienzo de otra.

Dormir, descansar (Darío D. Anzalone): el monólogo de un hombre exhausto y aterrorizado.

Zumo (Darío D. Anzalone): el depredador depredado.

Los zapatos (Carla Campos Moreno): el fantasma de una desgracia.

El gato al agua (Simón Bellido Fernández): la de cosas terribles que pueden pasar en un cuarto de baño.

La anciana (Simón Bellido Fernández): la intuición infantil frente a la corrección social de los adultos.

Un rico estofado (Isabel Augustín Aguilar): un sabroso banquete y un trato siniestro.

La silla (Isabel Augustín Aguilar): tras leer el cuento, no volverás a sentarte.

Herencia (Susana Calvo): herencia envenenada, como la que da origen a esta obra.

El armario (David Mancera Araújo): secretos familiares que permanecen secretos de generación en generación.

El secreto del señor Claus (David Mancera Araújo): visitas que entran sin invitación previa.

Y esta es mi micro-reseña. Espero que mis frases lapidarias hayan creado alguna curiosidad por los cuentos. Y diría que se tarda menos tiempo en leerlos que en olvidarlos, así que el beneficio de su lectura es claramente positivo.