Teo Rodríguez.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Minotauro. Col. Terror. Barcelona, 2012. 454 páginas.
Si recientemente nos llegaba la tarjeta de presentación literaria de Teo Rodríguez en forma de un conjunto de relatos breves reunidos en el libro digital Niños, ahora Minotauro ofrece su debut en la distancia larga con el libro que nos ocupa, un libro que se adentra sin tapujos en el género de la fantasía oscura o el terror sobrenatural —aunque sustos en sí mismos, la verdad es que pocos, ya que el autor parece preferir que sean los lectores quienes visualicen en su imaginación los sucesos, antes que describirlos con pelos y señales—.
Con una evidente influencia del Stephen King de sus primeros tiempos, tanto en lo temático como en la estructura narrativa, es una pena que la presentación, desde el mismo prólogo, del ser que va a desencadenar los acontecimientos siglos después de su encierro en un volcán, reste gran parte del inicial misterio y de la ambigüedad en la que tan bien se mueve el autor estadounidense. Eso no impide, en absoluto, que el mensaje sobre ese «oscuro pasajero» que todo ser humano lleva en su interior, se convierta en un aterrador y amplio catálogo de las formas en que un individuo puede causar lo más dolorosamente posible la muerte a otro.
Con una evidente influencia del Stephen King de sus primeros tiempos, tanto en lo temático como en la estructura narrativa, es una pena que la presentación, desde el mismo prólogo, del ser que va a desencadenar los acontecimientos siglos después de su encierro en un volcán, reste gran parte del inicial misterio y de la ambigüedad en la que tan bien se mueve el autor estadounidense. Eso no impide, en absoluto, que el mensaje sobre ese «oscuro pasajero» que todo ser humano lleva en su interior, se convierta en un aterrador y amplio catálogo de las formas en que un individuo puede causar lo más dolorosamente posible la muerte a otro.