C.J. Cherryh.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
El volumen se abre con un principio cuando menos chocante que hace que la novela parezca comenzar tres veces y hace desear que la autora se hubiera demorado un poco más en los dos primeros “libros” que sirven de introducción para la verdadera historia que compone el “Libro
En esta situación se encuentra Bren Cameron, el actual paidhi, cuando alguien por motivos desconocidos intenta asesinarlo, en una sociedad en la que el asesinato es algo totalmente lícito y a veces se convierte en la única ley a respetar. Para su supuesta protección el dirigente atevi, Tabini-aiji, lo enviará lejos de la ciudad donde reside, a las montañas, donde deberá enfrentarse a nuevos e incómodos retos. Comienza así para Cameron una insólita aventura donde la incomprensión será todo lo que tenga, sin respuestas a las que agarrarse para mantener la cordura o saber siquiera el porqué alguien desea su muerte.
Desarrolla la autora perfectamente la incomunicación entre dos especies entre las cuales, a pesar de poder compartir una fisiología similar y un lenguaje con el que “entenderse”, la diferente evolución social y natural en ambientes distintos ha marcado unos abismos de pensamiento y conducta aparentemente irreconciliables. Así, Cameron no podrá sentirse en todo momento sino como un pelele al que fuerzas ajenas a su entendimiento y voluntad no cesan de empujar de un lado para otro, hasta el punto de que cuando intente realizar alguna acción por su propia iniciativa la misma termine abocada al desastre, a la reprobación o al desprecio sin que sepa en ningún momento a qué se deben las reacciones de aquellos que lo rodean.
Vivirá así en un constante desasosiego, sin saber quiénes son sus enemigos ni quiénes sus amigos (palabra que al parecer no existe en el lenguaje de los atevi, por lo cuál el mismo reconoce que ninguno de ellos puede ser amigo suyo). Asiste el lector entonces al descubrimiento de un mundo extraño y fascinante, poblado por extrañas criaturas, por peligros insospechados y por muchas aventuras en las que el protagonista se verá envuelto muy a su pesar. Consigue la autora salir victoriosa en su tarea de reflejar y describir una sociedad alienígena que, a pesar de las similitudes que a priori se podrían apreciar con la humana, resulta totalmente ajena en sus modos de pensar y actuar; una descripción que, envuelta en ese ropaje aventurero, a veces se convierte en una dura crítica a la poca voluntad de comprender al “otro”, al que es distinto, al “extranjero”, que muchas veces se da en nuestro propio mundo.
Y tristemente no puedo terminar la reseña sin hacer referencia a la defectuosa edición de la novela. Por un lado la traducción está plagado de forzadas construcciones sintácticas que evitan la debida fluidez de la narración y que, habiendo leído prácticamente todo lo que de Cherryh se ha publicado en castellano, dudo mucho que estuvieran así en el original. Por otro, el texto se encuentra plagadito de errores tipográficos: artículos que cambian de singular a plural sin que cambie el sujeto al que están unidos, faltas de letras (en un momento dado al protagonista no lo “golean” demasiado, cuando en verdad debería haber sido “golpean”; y ejemplos así a patadas), personajes que cambian de sexo con sorprendente facilidad, signos de puntuación que no están en su sitio (muchos puntos donde deberían ir comas)… Alguien dirá que soy demasiado puntilloso o es que odio a
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