domingo, 8 de marzo de 2020

Reseña: Un poco de odio

Un poco de odio.
La Era de la locura I.

Joe Abercrombie.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Alianza editorial. Col. Runas. Madrid, 2020. Título original: A Little Hatred. Traducción: Manu Viciano. Ilustración de portada: Sam Weber. 673 páginas.

Resulta llamativo cómo en la última etapa de libros del Mundodisco Sir Terry Pratchett se encontraba encaminando decididamente a la sociedad de Ankh-Morpork, y por ende de todo su planisferio, hacia una incipiente era de la industrialización y el comercio: bancos, trenes, telégrafos —o algo similar—, prensa, fábricas... Por desgracia nunca sabremos cómo hubiera desarrollado todo ello en la evolución del Mundodisco y qué hubiera sido de sus personajes. Curiosamente, Abrecrombie introduce en esta novela su Círculo del Mundo, y a los hijos de algunos de los más destacados personajes de obras anteriores, en una hedionda Revolución Industrial que pone patas arriba todo el status quo tan duramente conseguido. Llegados al inicio de la segunda parte al lector le salta a los ojos una cita de Pratchett: «El progreso solo significa que las cosas malas suceden más deprisa». No es de extrañar, pues ambos autores, uno desde el humor y la sátira y el otro desde la violencia y, sí, la sátira, tratan los mismos temas, así que el homenaje está más que justificado. La injusticia social y laboral, las diferencias de clases, los abusos de poder, el amor enfermizo al dinero y sus consecuencias para terceros, el uso de la violencia y las víctimas inocentes, el fin de la magia… Si es cierto que la forma de contarlo es radicalmente diferente, el mensaje final no difiere tanto en realidad. ¿Escapismo? A otro lobo con ese cuento. La Era de la locura ha comenzado y va a ser tan convulsa como todas las anteriores. Es hora de volver al barro.

Décadas de paz, décadas de progreso, han cambiado la fisonomía de las ciudades de la Unión, llenado su cielo de humo y sus calles de desesperados en busca de un trabajo precario, ha propiciado la migración del campo a la urbe y enriquecido a una nueva —y parte de la antigua— nobleza que ha sabido moverse con los signos de los tiempos. Las fábricas elevan sus chimeneas hacia las nubes mientras el descontento crece entre las masas explotadas. Y el Norte bulle de nuevo de agitación, recordando las antiguas afrentas, alzándose en armas e iniciando una guerra que promete sangre y gloria para aquellos que han crecido con las viejas historias de los héroes de antaño. Para quien no haya leído nada suyo Un poco de odio pudiera ser un buen momento para engancharse a la narrativa de Abercrombie, el comienzo de una etapa nueva. Pero sí, si no se ha disfrutado de las novelas precedentes, resulta recomendable hacerlo antes de ponerse con esta, porque merecen la pena, porque la lectura resulta más satisfactoria conociendo el trasfondo y, más que nada, por no chafarse la sorpresa de quién vive y quién ya está muerto o del recuerdo de acontecimientos que sucedieron y marcaron el devenir del presente aquí reflejado, cuando surja irresistible la necesidad de leer las anteriores.

Abercrombie ofrece una novela coral con más de media docena de puntos de vista que se puedan considerar como principales y muchos más secundarios pero importantes, extraídos de todos los estratos de la sociedad, desde lo más alto a lo más bajo. En el Protectorado Rikke, hija del Sabueso, se encuentra huyendo de los norteños que han invadido su hogar en compañía de la descarada y lenguaraz montañesa Isern-i-Phail, quien intenta despertar su ojo largo y las visiones que trae con él. En las disputadas fronteras de Angland Leo dan Brok anhela, contra los consejos y criterio de su madre, hacer frente y detener a las hordas invasoras de Stour Ocaso, hijo de Calder el Negro y sobrino y heredero de Scale Mano de Hierro, rey del Norte. En Adua Savine dan Glotka, alimenta su ambición y riqueza con más y más inversiones, ya sean terrenos, fábricas o porcentajes de un planeado canal que facilite el comercio. Ha nacido para dominar los nuevos tiempos y nadie va a detenerla mientras se enriquece cada día más. En la Unión el príncipe Orso se revuelca en su hastío, incapaz de tomar las decisiones que cambien algo en su vida, siendo su empresa más arriesgada su idilio secreto con la hija del hombre más temido de su futuro reino. En todas partes los Rompedores confabulan para romper las cadenas de los trabajadores llamando a una insurrección que mejore sus condiciones de vida, mientras los Quemadores sólo ansían ver todo arder. Un descarado mago, delegado del legendario Bayaz, pulula por diversos puntos conflictivos guardando sus intereses. Entre los trabajadores descontentos una superviviente de los campos de trabajo de prisioneros de la Unión juega sus cartas sin sentimentalismos para seguir sobreviviendo. Y atrapados entre todos ellos se encuentran los inocentes, enredados en los tejemanejes, conjuras y luchas de aquellos que buscan satisfacer su propio bien y no el del común de la sociedad. Unos y otros verán su mundo trastocado, sus ilusiones truncadas y mucha sangre derramada.

Manteniendo como telón de fondo, un tanto idealizado, un tanto ajado, el recuerdo de los tiempos pasados, con reminiscencias a las antiguas batallas y a las supuestas gestas de los Héroes de antaño, el autor entrega el escenario a una nueva generación, aunque se reserva unos cuantos nombres significativos de anteriores entregas para dar el contrapunto a la impericia y la impaciencia de la juventud. El Círculo del  Mundo empieza a permutar en algo distinto; la industrialización y el progreso lo cambian todo, dejando a muchas personas sin trabajo y condenándolas a la miseria mientras los de siempre se hacen aún más ricos. Pero el seguidor de las novelas anteriores puede estar tranquilo. Abercrombie sigue sabiendo muy bien lo que se trae entre manos y lo que su público demanda.


¿Una sangrienta batalla? Hay más de una. ¿Un duelo a muerte en el círculo rodeado de escudos? No puede faltar, por supuesto. ¿Maquinaciones en las sombras? ¿Incompetencia en las altas esferas? ¿Guerreros malencarados que tan pronto añoran la paz como ponen todo su empeño en matar a todo el que se cruce en su camino? ¿Frases lapidarias que encierran toda una filosofía de vida? ¿Bromas en el filo de la vida y la muerte? ¿Épica y miseria inextricablemente unidas? ¿Un poquito de magia? ¿Amistades, y enemistades, forjadas en el derramamiento de sangre? ¿Violencia brutal, locura desatada, traiciones, ejecuciones de lo más retorcidas, sexo descarnado, lenguaje procaz y grueso, ternura inesperada? Sin duda. Todo ello y mucho más. Tiempos convulsos, ambición, avaricia, crueldad, rebelión, conspiraciones, cobardía, asesinatos, ineptitud política, orgullo desmedido —y equivocado—, ideas preconcebidas —y equivocadas—, sorpresas y giros esperados e inesperados, héroes, verdugos, víctimas… Muchas víctimas.

Esta es una novela sobre como el progreso sin control no trae sino desgracias, sobre como siempre pierden los mismos, como los ricos pisotean a los pobres hasta que ya no pueden más, como el aburrimiento mata más que las armas, como el optimismo siempre encuentra la forma de enraizar en los corazones y como la realidad entierra las esperanzas, sobre como el amor puede tardar mucho en florecer y ser destrozado en un segundo, como las injusticias laborales desembocan inevitablemente en revolución y sobre las consecuencias de dicha revolución. Y todo en un relato que no da descanso, pues cuando parece que la acción se remansa es el momento en que más tensión psicológica se acumula.

Abercrombie sabe mantener a la perfección el equilibrio entre lo frenético y lo reflexivo, entre la descripción explícita, muy gráfica, de los combates y unos diálogos punzantes y agudos, para no saturar a sus lectores. Pero que nadie presuponga tampoco que va a ponérselo fácil a los estómagos o las mentes débiles. Vista desde la perspectiva de una novela que más que fantasía se llega a antojar crónica histórica, hay más de una bofetada esperando para la adocenada conciencia occidental actual, para los espíritus acomodaticios y los adoradores del capitalismo más inhumano. Consciente de que la Historia nunca se queda quieta, que el tiempo corre y la inventiva humana no se detiene, continúa con la construcción de su Círculo del Mundo, superponiendo capas sobre capas y haciéndolo evolucionar pero permaneciendo fiel a sus raíces. La novela termina de forma casi conclusiva, en un perfecto alto que deja casi todos las tramas cerradas, pero con una nueva situación que promete emocionantes conflictos para el futuro inmediato. Deseando que llegue ya la siguiente entrega, y que venga acompañada de la magnífica edición y traducción de la presente.

4 comentarios:

Mangrii dijo...

Sin ser yo el mayor fanático de Abercrombie, tengo ganas de ver que ha hecho con este nuevo inicio de trilogía, pero esperare un tiempecillo a que salga de las redes sociales. Tengo un problema últimamente, y es que me saturo si veo mucho un libro XD Cosas mías :S

Santiago dijo...

A veces es cierto que la sobre-exposición juega en contra de ciertos títulos. Mejor disfrutarlo cuando estés con el ánimo necesario ;-)

Saludos

Feérica dijo...

Le tengo unas ganas inmensa pues me estoy acabando Filos Mortales. Pero voy a aguantar un poco a que publiquen el segundo, que si no no me acuerdo de los nombres de los personajes secundarios.

Santiago dijo...

Es una buena táctica, porque además la lectura de este volumen deja con unas ganas enormes de poder seguir leyendo los siguientes, pero no te olvides de los personajes de los anteriores tampoco, que algunos vuelven a salir cuando menos nombrados ;-)

Saludos