o la cruzada de los niños.
Ryan North / Albert Monteys / Kurt Vonnegut.
Reseña de: FJ Arcos Serrano.
Astiberri. Col. Sillón orejero. Bilbao, 2020. Título original: Slaughterhouse Five. Traducción: Oscar Palmer. Cartoné. 192 páginas. Color.
Matadero Cinco, primera adaptación al cómic de la novela original de Kurt Vonnegut, dibujada por Albert Monteys, es a la vez una mirada mordaz al horror y la tragedia de la guerra, donde los niños son enviados al frente y mueren (así fue y será), y un conmovedor examen de lo que significa ser un humano falible.
Tras más de 50 años de la publicación original de Matadero 5, la gran obra maestra de Kurt Vonnegut donde se aunaban antibelicismo y ciencia ficción, nos llega esta adaptación al cómic por parte de Astiberri en un excelente y cuidado tomo en cartoné, editado en un mayor tamaño con respecto a la edición americana: detalle que vuelve a caracterizar el buen hacer de la editorial vasca.
En estas páginas conoceremos a Billy Pilgrim, una persona real con el que Vonnegut coincidió en la Segunda Guerra Mundial. Utiliza esta persona para contar su historia, usándolo como un álter ego en un ambiente de ficción, convirtiendo toda la obra en un ejercicio metatextual e incluso posmoderno que nos deparará muchas sorpresas.
Presentar esta narrativa no lineal en forma de novela gráfica no es fácil, pero el resultado del equipo formado por North y Monteys sólo se puede tachar de brillante. Esa es la clave de esta adaptación: la prosa y el mensaje se conservan y además la innovación visual y la visión de ambos autores muestran las funciones únicas del medio de los cómics para darle vida al libro.
Si bien la mayor parte de esta novela gráfica describe la historia original de forma fehaciente, los creadores aquí no están simplemente transfiriendo las palabras de Vonnegut a ilustraciones, sino que lo convierten en una sólida experiencia lectora, constatando que la historia que en estas páginas se adapta no ha perdido ni un ápice de su fuerza.
En el dibujo tenemos al gran Albert Monteys, el cual adapta maravillosamente su reconocido estilo caricaturesco a esta historia. Para la ocasión se acompaña de diseños brillantes, secuencias visuales dinámicas, amplios detalles y fluidez en cada uno de los diferentes marcos de tiempo donde se mueve nuestro protagonista. El trabajo de color, también de Monteys, imprime a cada escena su propia paleta cromática, realizando un llamativo contraste entre las opciones de color intencionadamente tristes en los segmentos de la Segunda Guerra Mundial y los elementos más fantásticos.
En definitiva: Ryan North y Albert Monteys han hecho un trabajo admirable al traducir la novela de Vonnegut en forma de cómic; es más: no sólo funciona como adaptación, sino que cualquier lector que se acerque a este tomo y que desconozca el material original quedará igualmente muy satisfecho con el resultado final.
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