lunes, 10 de febrero de 2020

Reseña: HEX

HEX.

Thomas Olde Heuvelt.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

Nocturna ediciones. Col. Noches negras # 10. Madrid, 2020. Título original: HEX. Traducción: Ana Isabel Sánchez. Ilustración de portada: Leo Nickolls. 511 páginas.

Una intensa y escalofriante revisitación a la naturaleza del Mal y a la figura del monstruo, que nunca suele resultar precisamente el más evidente, en un relato que se va cargando paulatinamente de tensión y termina con un estallido de horror de dimensiones espectaculares. Terror hábilmente conseguido, elaborado a fuego lento, con mimo, para terminar dejando estremecida la psique del lector. Las historias de brujas ejecutadas y redivivas tienen su propia mística, y el autor se encarga de irla poniendo de manifiesto a lo largo del texto con referencias a obras pertenecientes a un acervo compartido que fácilmente están en la mente de todos y que alientan la comunión con el lector, llevándolo al escenario que desea gracias a la imaginería común, sin necesidad de grandes despliegues descriptivos, sino guiándolo mediante sugerencias y experiencias compartidas. El suspense y la angustia pueblan las páginas de la novela, en un crescendo de horror que llega a saturar los sentidos. Es, sí, una historia de terror, aunque quizá no de miedo. Aterradora, por la bruja, por la atmósfera, por el dilema, por los terribles actos que van a tener lugar…, pero sobre todo por lo acertado del terrible retrato de la naturaleza humana que conlleva.

2012. La población de Black Spring, Nueva York, está acostumbrada a convivir con la desasosegante presencia de la bruja llamada Katherine van Wyler, ejecutada en el siglo XVII, pero que todavía camina por sus calles, vaga por sus bosques y visita sin aviso los hogares del lugar. Tiene una sólida presencia corpórea —no es un fantasma— y puede interactuar con las personas —aunque estas, obviamente, prefieren que no lo haga—. Víctimas de su maldición, los vecinos no pueden abandonar durante periodos prolongados la población, pues si están ausentes más de un par de semanas comienzan a sufrir unos irresistibles impulsos suicidas. Y cuando algún forastero ha conocido su existencia siempre ha habido consecuencias funestas, mortales. Con los ojos y la boca cosidos  —se dice que oír sus susurros provoca la muerte y nadie quiere pensar qué sucedería si llegase a poder abrir los ojos—, atada con herrumbrosas cadenas, vestida con desgarrados ropajes…, es una figura poderosa y aterradora, aunque acostumbrados de toda la vida los ciudadanos se encuentran entregados en bloque a la tarea de que el resto del mundo no llegue a conocer su existencia. Pero ahora hace ya un tiempo que no se producen muertes achacables a la maldición de la bruja y un grupo de adolescentes, con Tyler Grant a la cabeza, se encuentran decididos a romper con la tradición de sus mayores y desvelar su presencia al mundo. Para ello primero abrirán una página web en la que irán subiendo videos de Katherine, inicialmente de manera privada y de acceso limitado, con la intención de sacarla a la luz después. Pero su deseo de romper el código de silencio impuesto en el pueblo puede tener catastróficas consecuencias si llegasen a traspasar las líneas prohibidas. Gente sufrirá, gente morirá, y en el pueblo las cosas se pondrán de lo más difíciles.

Un grupo de vigilancia denominado HEX, compuesto por vecinos del propio Black Spring, se encarga de mantener controlados los movimientos de la bruja, creando originales distracciones para que los forasteros no lleguen a coincidir con su presencia. Con todo el pueblo controlado las 24 horas del día mediante cámaras y monitores profusamente repartidos por toda su geografía, no pueden evitar sus paseos y apariciones aleatorias, pero sí desviar la atención hacia otras cuestiones, como pudieran ser falsas ferias sobre la bruja que ocultan la existencia de la verdadera, cortes de carreteras con las más peregrinas excusas o pantallas itinerantes que oculten su figura a las miradas indiscretas. Todos en el pueblo hacen su propia vida, pero también todos saben que una parte importante de ella deben dedicársela a Katherine. Y la transgresión de la ley impuesta por sus antepasados conllleva las más altas penas. En esas circunstancias, ¿no resulta inevitable para ciertos individuos que el horror se torne en fascinación, la repulsa en atracción?

Olde Heuvelt ofrece una visión coral de los actores del drama, desde los miembros del HEX a vecinos y familias con importancia variable en el desarrollo de los acontecimientos. Actores principales algunos, implicados involuntarios otros. Hombres y mujeres comunes que lidian lo mejor posible con las cartas que la vida les ha repartido. Dividido en dos partes, el relato empieza por retratar el día a día de los ciudadanos de Black Spring, de una forma muy costumbrista, reflejando sus costumbres, estudios, relaciones, trabajos y anhelos que bien pueden ser los de cualquier ciudadano de cualquier otro pueblo del estado de Nueva York. Construye una atmósfera de absoluta normalidad en torno al fenómeno sobrenatural, de aceptación y convivencia cotidiana, y poco a poco va introduciendo en un escenario que se mantiene estable desde hace años, con un pueblo casi acomodado a su extraña situación y acostumbrado a vivir bajo la amenaza de la bruja, el elemento discordante: la insatisfacción de unos jóvenes, hijos de su tiempo, de internet, de móviles y tabletas, de Facebook, YouTube, apps, memes y videos virales, por una situación que han heredado sin poder opinar al respecto. Van a intentar desenmascar de forma científica a la bruja, estudiar sus movimientos, poner reglas y fronteras a su amenaza, y mostrársela al mundo. ¿Cuántas veces el terror es desencadenado mientras se persiguen las mejores intenciones? El mal presentimiento conforme avanza la trama resulta inevitable.

Una vez desencadenado el conflicto, el autor no da descanso en la espeluznante y apocalíptica segunda parte del relato, con una historia agobiante y terrible, sin ningún refugio amable donde cobijarse. No hay esperanza y el caos se encuentra latiendo bajo el escaso barniz de la llamada civilización. Desde la puritana caza y quema de brujas hasta el tecnológico siglo XXI, pocas cosas han cambiado en realidad, y la búsqueda de culpables, el sacrificio de inocentes, es una de las salidas fáciles elegidas en los tiempos de zozobra. Siempre habrá quien disfrute del poder que le otorga el miedo sobre lo que pudiera suceder. La locura, pero también la hipocresía y la falsedad, laten bajo la piel de los ciudadanos de Black Spring. Y está a la espera de la chispa que prenda el fuego arrasador.

El autor, mediante la maldición de la bruja, se permite presentar las grandes cuestiones en torno al Mal y su naturaleza. El lector, a través de las diversas vivencias y caracteres de los heterogéneos personajes, va a poder saborear reflexiones muchas veces obviadas, incluso ocultadas, pero no por eso menos terribles. La injusticia de cargar a los hijos con los pecados de los padres, de que las generaciones venideras deban asumir los actos de las pasadas. El amor al poder disfrazado de razón religiosa, la subyugación impuesta por la superstición y el miedo. La caza de brujas donde no importa tanto la culpabilidad o inocencia, sino cobrarse las deudas del pasado. El anonimato de la turba, que permite los mayores desmanes amparándose en la culpa repartida. Los abusos domésticos, que muchas veces alimentan una espiral de violencia en que las víctimas terminan convertidas en verdugos. Los instintos animales escondidos bajo la piel de la civilización. La rabia y la violencia que cualquier vecino lleva dentro, dispuesto a estallar con la excusa necesaria. El muchas veces traumático relevo generacional, la lucha cuando los jóvenes piden paso y dejan claro que una tradición sin cambios tan sólo produce una sociedad anquilosada e inerte, muerta, mientras sus mayores se resisten a hacerse a un lado; pero, ¿no existen las tradiciones por un buen motivo? ¿No son los viejos cuentos avisos para evitar grandes males?

HEX es una novela de fantasía oscura contemporánea, de puro terror —aunque quizá no sea el terror esperado—, de esas que invitan a interiorizar lo leído y descubrir con horror que el monstruo no es siempre el sospechoso habitual, acompañado de unos sicarios terrenales más que dispuestos a seguirle el juego, y donde lo más terrible no es el elemento fantástico precisamente. Cuando piensas que estás al control la vida viene a quitártelo de las manos. Los habitantes de Black Spring están a punto de descubrirlo por las malas.

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