sábado, 2 de junio de 2018

Reseña: La balada de Jolene Blackcountry

La balada de Jolene Blackcountry.

Víctor Puchalski.

Reseña de: FJ Arcos Serrano.

Autsaider Comics.  2017. Rústica. 40 páginas. Negro y fotoluminiscente.

Un tebeo con una lectura convencional y una segunda que lo completa, a oscuras. Apaga, enciende, apaga, enciende ¡flipación!. Dobles lecturas, profundidad abisal, pupila gorda, pupila chica, y así, a través de ese juego de interruptores, tratar de que el lector conecte con el UHF de su programación cerebral y alcance un punto de consciencia que le dé para entenderlo todo o casi. ¿Estamos atrapados en realidades alternativas de un mismo universo? ¿Qué es eso de que el pasado y el futuro ocurren simultáneamente? A todo esto, añádale cuarto y mitad de manga, dos cucharadas soperas de ciencias ocultas y un pellizco de espiritualidad, me lo reboza en reverencia al universo y lo deja reposar.

No puedo comenzar esta reseña de otra forma que la de intentar transmitiros mi entusiasmo tras leer la nueva burrada de Víctor Puchalski (autor de Enter de Kann: otra obra mayúscula que ya estás tardando en agenciarte y que cuenta además en su portada con una espectacular y antológica ilustración lenticular que invita a adentrarse en su interior).

Si ya en Kann el autor no escatimaba en experimentos formales que convertían la lectura de la obra en una sorpresa constante, este Jolene no iba a ser menos ya que el cómic viene impreso a dos tintas: la negra, que relata la historia principal, y otra fosforescente, que esconde en cada página dibujos ocultos que brillan en la oscuridad al recargar las páginas a una fuente de luz directa; en definitiva: tenemos dos lecturas al exponer totalmente diferentes que hacen de este tomo un objeto para atesorar a toda costa.

Este recurso tan flipante no es nada gratuito ya que forma parte de la experiencia lectora de adentrarte en el periplo místico del propio personaje de Jolene, otorgando una nueva dimensión a esto de leer cómics, ya que lo convierte en un experimento donde el lector es el que manda y el que elige en todo momento el cómo y de qué forma elige adentrarse en esta historia.

Como lector de cómic desde hace varias décadas es muy gratificante encontrarse de vez en cuando con este tipo de obra donde se despliega un gran catálogo de interpretaciones posibles, rompiéndose para ello las barreras establecidas que todos nosotros ya conocemos y dando a conocer un producto que tiene sus claras influencias en el manga, a Frank Miller y al Maestro de maestros, el GRAN Jack Kirby…, saliendo airoso de todo ello y dejando KO a todo aquel que se acerque a estas páginas.

Mención aparte merece la excelente edición por parte de la gente de Autsaider en un tomo de gran tamaño y un papel serigrafiado en tinta fotoluminiscente que da gusto tocarlo; en definitiva: una edición súper cuidada hasta la extenuación que la convierte por méritos propios en una auténtica joyita.

Por este tipo de cosas esta modesta editorial se ha convertido en una de mis preferidas de por aquí, amén de que me han descubierto a autores que de otra forma no los hubiéramos ni olido por estos lares.

Conclusión: si quieres saber quién tiene ahora el poder de sorprender en nuestro noveno arte, apunta el nombre de Víctor Puchalski y después me cuentas.

2 comentarios:

Mangrii dijo...

Me acaba de dejar todo loco el tema de la biolumiscencia. Solo por eso se va a mi wishlist :)

Santiago dijo...

Llama mucho la atención, sí. Y además parece que el comic tiene otras virtudes.

Saludos