Antología de ciencia ficción contemporánea.
VV.AA. Ed. Mariano Villarreal.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Sportula. Col. Nova Fantástica # 6. Gijón, 2018. Edición digital (ePub). 278 páginas.
Mariano Villarreal vuelve a ofrecer a los lectores una selección de la mejor ficción corta de ciencia ficción, reuniendo un heterogéneo ramillete de autores autóctonos y extranjeros, desde aquellos que apenas empiezan su carrera literaria a otros multipremiados. Una mezcla de gran abundancia temática para dar cuenta de lo que se cuece en el mundo de la ficción especulativa. Cuentos de muy diversos estilos y temáticas, con cierta deriva por la distopía, la preocupación social y la evolución de la civilización humana partiendo de aquellos parámetros que ya son observables en nuestra actualidad. Los lazos familiares a través de los eones, la debacle de la ecología, los desplazados y la inmigración, la censura en el arte —y en tantas facetas de la sociedad— y la forma de intentar eludirlo, la eutanasia, la supervivencia en futuros poco acogedores que invitan al egoísmo, la naturaleza desatada, la deshumanización de la trata de personas ya sea con intenciones estéticas o sexuales, los problemas a los que se enfrentan las personas que se salen del estándar comúnmente aceptado, los totalitarismos y los que se oponen a ellos… Todo envuelto en un aire de maravilla, de respiración contenida ante todo lo bueno, y lo malo, que puede deparar el futuro, de esperanza en la hora más oscura, de humanidad incluso entre las máquinas. Once miradas al futuro para disfrutar y reflexionar.
La antología se abre, tras la habitual presentación de Mariano Villarreal, con un cuento del siempre solvente Ken Liu, una garantía de acierto. En Siete cumpleaños (Título original: Seven Birthdays. Traducción de Manuel de los Reyes), finalista del premio Locus 2017, Liu propone otra de sus historias intimistas y a la vez inmensas y con un mensaje universal. El lector va a asistir a siete escenas, siete efemérides de la protagonista, que se van espaciando en el tiempo hasta muy. muy, lejos en el futuro. Siete cumpleaños de Mia, empezando por el día en que cumple siete años, que sirven para ofrecer un certero retrato familiar, con una madre amorosa pero distante, aunque también de la crisis ecológica en curso en nuestro planeta, desde la amenaza de colapso inminente a la búsqueda de soluciones y a todo lo que viene después en la evolución humana. El autor, como es habitual, muestra una enorme sensibilidad, un estudio de caracteres humanos incluso más allá de la Singularidad, un viaje a través del tiempo que nos devuelve la mirada de lo que somos, o de lo que deberíamos aspirar a ser. Hay un momento, en el dilatado tiempo del relato, en que Liu corre el riesgo de perder la empatía con el lector, pero la recupera para el emotivo cierre dejando unas cuantas perlas sobre las que pensar.
La ciencia ficción, una buena parte de ella al menos, siempre ha servido para hablarnos de nuestro presente mediante poderosas imágenes del futuro, siempre ha buscado la denuncia de la actualidad mediante la metáfora de lo que ha de venir. De ello se sirve Víctor Selles en Blue para denunciar el desarraigo de los desplazados y la actual crisis migratoria a través de la historia de una mujer que debe viajar a otro planeta, Arcadia, en otro sistema solar cercano al suyo, para titularse en unos estudios que le permitan hacerse cargo de la empresa fundada por su padre. Blue, el nombre que ella elige para sí ante la incapacidad de los arcadianos de pronunciar bien o de escribir el suyo original en los diversos impresos que se le requieren, debe lidiar con una buena serie de prejuicios de aquellos que se sienten por encima de su origen. Más tarde, de regreso al hogar, se encuentra con un planeta muy diferente del que dejó, con muy poca esperanza de pervivencia. La crisis migratoria, la burocracia, la inoperancia —interesada— de los gobiernos, el choque cultural, el problema que pasa de unos a otros sin solución mientras son los desplazados, los desfavorecidos los que pagan con su vida los desequilibrios la indefensión y la fragilidad de quienes se encuentran flotando en tierra de nadie —o en el agua o en el espacio—, sin derechos y apenas futuro. Uno de los grandes aciertos de la antología, un relato que toca el corazón, que emociona.
La de Kameron Hurley en Colapso. (Título original: Tumbledown. Traducción: Alexander Páez) es una historia de entrega y superación, incluso cuando de inicio se antoja imposible la labor. En un planeta gélido de atmósfera rica en mercurio, una colonia lejana se ve afectada por la plaga del Colapso. Es prácticamente imposible que la ayuda, las vacunas necesarias, lleguen hasta allí. Pero hay que intentarlo. Reticente, opuesta de inicio a la misión, Sarnai emprende un difícil viaje que pondrá en solfa todas sus convicciones, sola con su trineo y sus perros deberá emprender una misión a través de gélidos parajes que sabe casi irrealizable y destinada en todo caso al fracaso. Sarnai es una mujer forjada en el dolor que, muy posiblemente por eso mismo, se entrega hasta el fondo. La solidaridad invita a superar todas las barreras físicas, ya sean personales como la falta de movimiento en las piernas como externas como una naturaleza abiertamente hostil. La perseverancia y la entrega desinteresada siempre deberían ser un objetivo a perseguir, y Hurley lo ejemplariza en un relato lleno de emoción y aventura, de peligros y de exotismo muy de su marca.
One Hit, de Josué Ramos, finalista del premio Domingo Santos en 2016, es un relato en forma de la transcripción de un programa radiofónico en que dos presentadores, de diferente y al parece contrapuesta opinión, entrevistan al más reciente galardonado con el premio Royal Olympus Awards. Una entrevista que termina revelando una feroz crítica a la industria y a los totalitarismos censores, a la par que un encendido elogio al arte creativo y a la libertad de los escritores —tanto de poemas y canciones como literarios—. Mediante la entrevista el lector va descubriendo un mundo distópico en que no todo es tan agradable como pudiera parecer, en que los ganadores de un magnífico premio podrían ver en el mismo una auténtica condena. La manipulación y censura a los artistas se traslada soslayadamente a toda la sociedad, a la imposición de un canon que no tiene porqué abarcar todo el espectro, dejando fuera a personas que no dudarán en luchar contra el régimen con las armas que encuentren a mano, aunque en ocasiones tan sólo sea a través de —poderosas— palabras. Es también un canto de amor a la libertad del acto creador de la escritura, en cada una de sus vertientes, a las diferencias culturales que se trasladan con las personas al cambiar de ubicación, al amor a unas raíces que hacen que alguien sea quien es. Muy interesante y bien trabajado, en un crescendo que consigue llevar al lector allá dónde quería el autor.
Nancy Fulda consigue emocionar y mover conciencias con Movimiento (Título original: Movement. Traducción: José Óscar Hernández Sendín). Finalista de los premios Hugo y Nebula en 2012 se trata de un relato cargado de sensibilidad sobre una muchacha, Hannah, con «cronoautismo» y que encierra un mensaje mucho más profundo de lo que pudiera imaginarse. Con gran delicadeza la autora refleja problemáticas —y aquí hago un inciso para indicar que la problemática es de quien no sabe afrontarlo, no de quien en su diversidad lo «padece»— con las que mucha gente todavía no empatiza, al tiempo que habla sobre la necesidad de dejar a cada persona evolucionar según sus propias aptitudes y deseos, sin imponerles una visión unificadora externa. Un toque de atención a tantas actitudes adquiridas y una forma distinta de mirar el mundo. No se trata de «aceptar» al diferente, sino de descubrir la normalidad en esa diferencia y apreciar la riqueza que cada cual a su manera aporta a la convivencia y al mundo. De descubrir lo que realmente desean y son las personas más allá de la visión «normalizadora» que alguien quiera imponer sobre ellas.
Tableaux vivants, de Elaine Vilar Madruga muestra la historia de Akela, una obra de arte viviente que busca conseguir ser expuesta en una galería como forma de subsistencia dada la precariedad de su existencia. Tatuada sobre su cuero un famoso cuadro de Picasso le hace merecedora del interés de los compradores, aunque quizá no sea un interés deseado. Estremecedora denuncia tanto del mercadeo artístico como del trato de personas, de la compra venta de la decencia, de los que tienen tan poco que no pueden negarse a aceptar situaciones inhumanas. El arte prostituido, literalmente, hasta límites insospechados, inhumanos, e inaceptables. Una obra con muchas lecturas, como la del soterrado racismo que, aún luchando contra ello, casi todos llevamos dentro, o de la fría mercantilización de la belleza, de la insaciable voracidad de los que manejan los hilos y controlan las obras. Intenso.
El muy breve Nave nodriza, de Caroline M. Yoachim. (Título original: Mother Ship. Traducción: Manu Viciano) encierra una historia sobre una maternidad diferente, o tal vez no tanto, en la que se demuestra, a través del viaje de colonización a planetas remotos, que el amor materno es capaz de renunciar a todo por su retoño. ¿Puede llegar una Inteligencia Artifical llegar a amar tan desinteresadamente como un ser humano? Un relato que quizá peque de un tanto empalagoso —más para quien no tenga hijos que para quien sí los tenga y empatice más—, pero que exuda calidad por los cuatro costados. Una historia, además, de Inteligencia Artificial y de sensibilidades diferentes. Hermoso y enternecedor.
Una distopía de manual, con referencia además a otras distopías clásicas anteriores, es la que presenta Bandinnelli en Felicidad ®. En un país dominado por una tiranía que impone aquello que la gente puede leer o no, buscando supuestamente su felicidad, quemar bibliotecas es un acto revolucionario. contra el pensamiento único. Y acudir de forma hhabitual a un bar de mala muerte, beber hasta caer extenuada y cantar canciones que pudieran ser consideradas subversivas, como Soledad bien sabe en su doble vida, también contiene una gran dosis de desafío. Lleno de giros insospechados y algo menos del humor al que nos tiene acostumbrados el autor, de alguna manera se antoja que el texto se alarga innecesariamente, pudiendo haber sido algo más conciso, sin perderse por las ramas, haciendo el mensaje más contundente. No obstante es un relato para disfrutar de principio a fin. Una crítica tanto a los totalitarismos, a la censura como a los libros de autoayuda que más bien sólo ayudan a sus propios autores. Y una cosa está clara, después de leerlo no se volverá a mirar los ositos de peluche de la misma manera.
En Tras el apocalipsis, de Maureen F. McHugh, (Título original: After the Apocalypse. Traducción: Arrate Hidalgo) el apocalipsis al que estamos condenando el planeta será lento y tranquilo. No vendrá de una gran explosión, sino del agotamiento de los recursos, del cambio climático y de la falta de oportunidades. Madre e hija, solas en un mundo hostil, intentan encontrar ayuda en un norte que se antoja más benigno que el castigado y sediento sur. Es esta la historia de unos EE.UU. en pleno desmoronamiento, en esa fase en que todavía restan esperanzas de que no todo se vaya al traste y haya resquicios para la mejora, en los que una joven madre soltera que no arrastra un pasado sencillo, ni un presente feliz, lleva consigo a su hija enfrentando los problemas y peligros que salen a su paso mientras intentan sobrevivir rebuscando en las casas por un poco de comida, sin poderse fiar de nadie con quien se encuentren. Un relato estremecedor en su descripción de una situación que muy bien pudiera estarse gestando ahora mismo y que termina con una bofetada en toda la cara que deja, sino descolocado, sí bastante impactado a pesar de lo lógico y coherente del mismo.
En el relato extra incluido en el volumen, Protocolos de desconexión, de Andrea Prieto, al lector se le plantea una inquietante cuestión sobre la eutanasia y los límites hasta donde es posible llevarla una vez abierta su puerta. Los eufemismos y los términos nebulosos que gustan de esconder la realidad de una práctica que no deja de encerrar una terrible deshumanización. Si se da el paso ¿cuánto se tardará en primar los factores económicos, la optimización de los recursos, por encima de la vida y su decadencia? Una prosa perfecta, muy agradable, invita a pensar, y no es un tema baladí en absoluto.
Y se cierra el volumen con la novela corta ganadora del Certamen Alberto Magno de Ciencia Ficción en 2016. Ciudad nómada, rebaño miseria, de Pablo Loperena. Una obra que hace del uso del lenguaje y de la «construcción del mundo» su virtud, creando un futuro tan probable como extraño, con ciudades rodantes que avanzan según el ritmo de las cosechas, seguidas por tribus de desheredados que viven de sus desechos y su «beneficencia». Es esta la historia, hermanada con otros futuros de ciudades rodantes, carestía, involución y sociedades tipo Mad Max, del origen de una venganza que, esperemos como se da a entender, tenga una continuación en que podamos ver su clímax. Salvaje vive, más mal que bien, junto a su hermano y su abuelo, a la sombra de la ciudad de Behemot 5.0, cuando la tragedia se abate sobre ella lo que le hará emprender un camino, con extraños, y quizá interesados, aliados, de incierto desenlace. Con reminiscencias de un mundo pasado, de mezcla entre ciencia, tecnología y barbarie renovada, entre los motores de combustión y una recuperada propulsión animal, que lleva a la mera supervivencia, el futuro creado por Loperena se muestra tan inquietante como fascinante. Magnífica forma de cerrar el volumen.
Una vez más, Mariano villarreal en su faceta de seleccionador muestra su fino olfato para rastrear grandes relatos tanto de autores consagrados como incipientes. Siempre es un placer leer sus antologías y esta no es una excepción. Punto destacado, junto a la gran calidad de la prosa de todos los autores hispanos seleccionados, es la excelencia de las traducciones de los textos extranjeros, cuidadas con mimo y gran profesionalidad. Unas antologías que no pueden faltar en la estantería de cualquier aficionado al fantástico que se precie.
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