lunes, 24 de agosto de 2009

Reseña: Los leones de Al-Rassan

Los leones de Al-Rassan.

Guy Gavriel Kay.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

La Factoría de Ideas. Col. Bestsellers # 30. Madrid, 2009. Título original: The Lions of Al-Rassan. Traducción: Ester Mendía Picazo.477 páginas.

Hay libros que por lo que lees previamente sobre ellos elevas el nivel de exigencia aún antes de comenzar su lectura. La pedantería de Kay afirmando que lo suyo no es «estrictamente» Fantasía, sino «ficción histórica» o la exigencia de ser publicado en una colección que no tenga relación con el género fantástico hacen que se valore —o al menos yo lo valore— el libro de otra manera y que esta reseña sea, seguramente, mucho más subjetiva de lo ya habitual. Decir que Los leones de Al-Rassan no es propiamente fantasía es como afirmar que Canción de Hielo y Fuego tampoco lo es al haberse inspirado Martin en la Guerra de las Dos Rosas o que la Saga del Retorno de Card no es propiamente SF al estar basada en el libro del Mormón. Solo desde un terrible complejo de inferioridad o de vergüenza hacia el género se entiende que Kay intente rehuir lo que es evidente (y que él mismo confirma en el prólogo a esta edición): entre otras cosas, la trama se desarrolla en una península ficticia, en un mundo con dos lunas, aparece un personaje con poderes psíquicos… ¿Ficción? Sí, desde luego. ¿Histórica?… ¿Dónde está la Historia? ¿En el plagio-homenaje-inspiración al periodo de la Reconquista de la Península Ibérica y al Cantar del Mío Cid? Y es que no hay nada histórico, es todo inventado y decir eso no es decir poco y nada en absoluto por lo que sentirse avergonzado. Es una fantasía diferente, desde luego, no aparecen dragones, ni elfos, ni otras razas o seres sobrenaturales, no hay magos ni magia como tal, pero es fantasía. El problema surge cuando se quiere adquirir un cierto estatus, una patina de seriedad, a costa de negar la evidencia (como digo me baso en declaraciones previas del autor sobre el libro, no en lo que él mismo dice en el prólogo) y mostrar un cierto desprecio hacia el público hacia el que objetivamente está destinada la obra.

Entrando ya en faena, Al-Rassan es un claro remedo de Al-Andalus y la dividida Esperaña se basa en los reinos cristianos que iniciaron la Reconquista. Cuando comienza la acción, Ammar ibn Khairan acaba de asesinar al último de los califas, lo que propicia que Al-Rassan se divida en pequeños estados al estilo de nuestras taifas. Tres religiones se disputan la fe de los habitantes de la península: asharitas (musulmanes), jadditas (cristianos) y kindath (judios). Y una mezcla de traiciones e intrigas políticas llevarán a Rodrigo Belmonte, paladín de Esperaña, al exilio tras haber acusado a su rey, Ramiro de Valledo, de estar tras la muerte de su hermano. Ambos hombres terminarán en la hermosa y floreciente ciudad asharita de Ragosa, donde sus destinos se entrelazarán entre sí y con el de la joven médica kindath Jehane.

Ya desde un principio de la narración este seguidismo del elemento histórico, que tantas posibilidades ofrece, comienza sin embargo a plantear problemas. El sistema de creencias de las diferentes religiones es despojado de cualquier credibilidad; basado en la adoración al sol (jadditas), a las lunas (kindath) o a las estrellas (asharitas), resulta simplemente ridículo y alejado de cualquier aplicación práctica. Por otra parte, la necesidad de concreción y el estar atado a sus personajes, obliga a Kay a “resumir” un periodo de unos quinientos años de la Reconquista en apenas veinte y a reducir al península a algo mucho más pequeñito, casi esquemático (con gran pérdida de trasfondo), dando una imagen super acelerada del conflicto que se está librando. El autor intenta ofrecer, y muchas veces lo consigue, una especie de reflejo real sobre lo que podría haber sido aquella convulsa época, sumergiéndose en un ambicioso relato donde no faltan multitud de temas e ideas: el valor del honor y de su pérdida, la traición, las creencias religiosas, su implicación emocional y los enfrentamientos que promueven, la tolerancia, la amistad incluso entre «enemigos», el respeto y la admiración, la camaradería, las lealtades encontradas —Rey, patria, religión, familia y compañeros—, la poesía, la guerra y los sentimientos que produce, el idealismo, la medicina… En una tierra de belleza cautivadora que esconde una violencia latente, los destinos de los tres protagonistas y otros muchos personajes, como el leal soldado Alvar o el excesivamente tópico comerciante Husari Tarif, se irán entrecruzando en una historia que se intuye abocada a un trágico final. El inevitable enfrentamiento religioso se ve suavizado por la admiración mutua que todos ellos llegan a profesarse, lo que no evita al lector la evidente muestra de prejuicios religiosos del autor quien retrata a las dos religiones principales de forma harto negativa, salvando tan solo a los errantes judios —perdón, kindath—. Se hace evidente que para Kay la religión es tan sólo una excusa que le sirve para mostrar el antagonismo y el fundamentalismo, condenar la persecución a la que se ven sometidos los fieles en los territorios ajenos y ensalzar la excepcional tolerancia del trío protagonista. Al querer justificar su cercanía a la realidad histórica, pero al parecer sin desear dedicar excesivas páginas a la construcción de un sistema de creencias al menos coherente, el autor tan solo ha conseguido despojar de todo contenido a sus religiones, demostrando una enorme superficialidad en lo que se antoja una mera y poco creíble parodia de tan complejo tema.

A través de los ojos de los protagonistas, el lector asiste a una historia supuestamente épica, entre un mundo que acaba y otro que comienza, entre una belleza que se resiste a desaparecer y la promesa de un futuro en el que las cosas serán inevitablemente distintas y donde Kay parece decir por decreto que deberíamos sentirnos muy tristes por tantas cosas que van a desaparecer, pero como no consigue transmitirlo con su prosa o por medio de la narración, lo pone como un imperativo en boca de sus personajes o (peor aún) dentro de uno de sus poco poéticos poemas. El libro se crece un tanto con las descripciones de las ciudades o los parajes de la época, en los ambientes y las relaciones entre personajes, pero baja algunos enteros cuando trata de sumergirse en la parcela bélica del asunto (algo vital en la trama) que parece interesarle mucho menos que retratar las motivaciones de los protagonistas o las intrigas políticas en las que se ven mezclados, quedando las batallas y combates un tanto en el aire cuando podrían haber sido mucho más espectaculares y mejor narradas (hasta los duelos se zafan al escrutinio del espectador mediante «hábiles» elipsis literarias o cegadoras puestas de sol). Como la religión, la guerra se convierte en un mero telón de fondo para reflexionar sobre la forma de reaccionar a ella de los protagonistas, mostrando su liderazgo y superioridad moral sobre todos aquellos que les rodean y ensalzando lo buenos que son en todo en lo que se embarcan, ya sea el amor, la poesía o la guerra. Y es que sin demasiado perfectos.

Después de todo lo expuesto, ¿me atrevería a decir que Los leones de Al-Rassan es un mal libro? En absoluto. Tiene sus virtudes, entre la que no es la menor una escritura fluida aunque un tanto distante y una trama por momentos ciertamente atractiva (pero es que la Historia en la que se basa tiene muchos y no explotados atractivos). Abusa de ciertos tópicos, sí, pero también tiene aciertos narrativos como jugar con el lector en ciertas ocasiones mostrándole los datos necesarios para que saque sus propias conclusiones que luego se demuestran erróneas; un recurso del que abusa sin rubor, pero que no llega a molestar e incluso se hace simpático el intentar adivinar por dónde va a salir o qué conejo se va a sacar de la chistera. Para el lector español, por poco avezado que se encuentre en la historia de la Reconquista, siempre existe el aliciente de tratar de adivinar a qué personaje o lugar histórico corresponden sus trasuntos literarios. Leer Los leones de Al-Rassan no es un desperdicio de tiempo, incluso diría que es entretenido, pero tampoco aporta mucho al posterior bagaje literario del lector y se le van demasiado las «costuras». Cierto es, además, que puede propiciar el interés en profundizar en el estudio real de los hechos de la Reconquista o en la lectura del original Poema del Mío Cid —tan recomendable, por otra parte—, y eso no sería poca cosa, desde luego.

jueves, 20 de agosto de 2009

Reseña: Cuentos Completos 1

Cuentos Completos I

Isaac Asimov

Reseña de: Amandil

Zeta Bolsillo. Col. Nova. Barcelona, 2009. Título original: The Complete Stories. Volume I. Traducción: Carlos Gardini. 816 páginas.

Isaac Asimov es siempre un valor seguro a la hora de ser publicado en cualquiera de sus facetas ya que supo conectar con un elevadísimo número de lectores a través de su sencillo estilo como escritor. Da igual que nos encontremos ante el novelista de grandes sagas como la Fundación o Robots, o ante el ameno divulgador tanto de temas científicos como históricos o, incluso, como en estos Cuentos Completos 1, ante el reputado fabulador de cuentos cortos.

Lo cierto es que este volumen, que ha de ser completado con el consecuente "tomo 2", no aporta ninguna novedad a la prolífica obra de uno de los grandes de la ciencia ficción mundial. Rara es la ocasión en que en un libro dedicado a ser un mero recopilador, el seguidor fiel de un escritor se vea sorprendido por algo que no conozca de antemano. En otras palabras: no hay nada nuevo bajo el sol.

Pero el éxito de este libro no ha de medirse en terminos de originalidad (inexistente, como ya se ha dicho) sino en el valor que tiene, precisamente, como recopilador pretendidamente total (en el prólogo el propio Asimov ya avisa que su obra es casi imposible de localizar de un modo completo y fiable debido a que ha sido publicada en soportes dispares (especialmente revistas de mediados del siglo XX)y extintos, muchos de ellos hoy en día perdidos e irrecuperables para el lector actual. Así que, en realidad, disponer de unos Cuentos Completos es una posibilidad que no se puede dejar pasar a la ligera si se quiere acceder a las obritas que, de otro modo, es probable que no podamos disfrutar.

Sólo por esta posibilidad la edición que nos presenta Zeta ya debería ser tenida en cuenta por cualquier seguidor de la ciencia ficción, en general, y de Asimov, en particular.

Pero no sólo por eso. Hay que reconocer que la calidad del volumen, asumiendo que es una edición de bolsillo en tapa blanda, es muy elevada y se mantiene en todo momento dentro de lo que me atrevo a denominar "el camino correcto" en lo que a edición y respeto al lector se trata. No nos encontramos con esos fallos que parecen abundar en las colecciones de libros que se asocian con la ciencia ficción y la fantasía. Incluyo en este elogio la traducción que en ningún momento se convierte en un obstáculo para el lector. No hay giros gramaticales extraños, ni vocablos de dudoso acierto, ni traducciones a la virulé. Así que, por ese lado, el lector puede estar satisfecho del continente.

Y ahora hablemos del contenido.

En este primer volumen disponemos de cuarenta y siete relatos cortos (dos de ellos, para ser exactos, son poemas) que no siguen ningún orden cronológico conocido sino, simplemente, han sido ordenados de ese modo por Asimov. De hecho en el prólogo (por cierto, muy breve y exclusivo en el libro ya que ninguno de los relatos está prologado, como sí suele suceder en otros libros de "cuentos cortos" del mismo autor) lo único de lo que se nos informa es de que nos encontramos que varios de ellos son de especial cariño para el escritor, citándose su título pero sin hacer mayor hincapié en los porqués de esa valoración. Queda en manos del lector decidir si su gusto coincide con el del autor.

Aunque la temática es muy variada según se va avanzando en la lectura surgen tres grandes temas que se repiten con cierta regularidad como telón de fondos de la mayor parte de los cuentos. Es preciso señalar, de nuevo, que al ser un compendio que abarca varias decadas de producción, la reiteración que percibe el lector no es, en modo alguno, una muestra de la falta de originalidad de Asimov, sino más bien una consecuencia lógica del mero hecho de compilar textos que están encuadrados en una época concreta de la Historia de la humanidad.

Esos tres grandes "bloques temáticos" son la existencia de la todopoderosa supercomputadora Multivac (que llega a convertirse casi en el hilo motor del libro, por sus múltiples apariciones aunque, en ocasiones con consecuencias contradictorias); el desarrollo atómico con fines militares como amenaza y signo de la estupidez humana; y la pretensión de acceder al pasado como observadores por medios técnicos.

Junto con estos tres temas reiterativos (pero no cansinos ni aburridos) surgen otros que son fiel reflejo de algunas de las líneas narrativas que caracterizaron a Asimov, en especial la robótica y sus aplicaciones, y la capacidad de convertir la Historia en una ciencia matemática o estadística.

Pero no se agotan aquí los temas que aparecen en los diversos relatos, ni mucho menos. Encontramos espacio para el humor (leyendo El chistoso en un tren no pude contener la risa varias veces y con El brujo moderno uno descubre que quizá no es buena idea lo de utilizar elixires de amor a lo loco), el romanticismo, (Los ojos hacen algo más que ver es una buena muestra de que puede haber poesía junto con un inusitado sentimiento de amor por lo perdido) la especulación filosófica (La última pregunta se mueve entre el ¿por qué estamos aquí? y la Creación), la temática religiosa (el demonio tiene cabida como personaje a burlar -Treta tridimensional- o burlador -La trompeta del Juicio Final- en varios cuentos). En definitiva se puede decir que es casi imposible aburrirse viendo la variadísima temática que se despliega ante nuestros ojos.

Esta versatilidad a la hora de imaginar cuentos e historias cortas siempre se nos muestra bajo un mismo estilo y utilizando las mismas herramientas de escritor avezado. ¿Para qué otras si el éxito persigue el modo sencillo y limpio de contar las cosas? No encontraremos florituras, ni exquisitas formas metafóricas leyendo las obras de Asimov. Todos los personajes son esbozados de un modo simple, con nombre y un apellido (en el caso de extraterrestres de nombres estrafalarios se incluye también alguna distinción relacionada con su función -piloto, capitán, etc.-), se les describe someramente para distinguir a unos de otros y en seguida la narración se basa en una eficaz combinación de diálogos bien hilvanados, pensamientos reveladores y datos aportados por el narrador.

Finalmente, como es de esperar en un relato corto, la trama suele desembocar en un final inesperado que dota de un significado revelador lo que se ha leídoya sea para un giro cómico, trágico o catastófico. De todo hay. De hecho gran parte de la fuerza de algunos de los cuentos se apoya casi por completo en el último párrafo o en la página de cierre, mostrando en ese momento el autor su habilidad para entretener y sorprender al lector.

No tiene desperdicio este volumen de Cuentos Completos para descubrir diecisiete años después de su muerte a un autor que hizo de la Ciencia Ficción, seguramente, uno de los generos literarios más versátiles, entretenidos y evocadores que podemos encontrar dentro de la Literatura contemporanea. Y, sin temor a equivocarme, este libro le hace justicia.

lunes, 17 de agosto de 2009

Reseña: Vengadores / Invasores 1

Vengadores/Invasores 1.
Viejos soldados, nuevas guerras.


Guión: Alex Ross, Jim Krueger.
Dibujo:
Steve Sadowski.

Reseña de: Matt Davies.

Panini Cómics. Barcelona, 2009. 176 páginas color. Formato 100% Marvel (contiene Avengers Invaders, 1-6 USA).

Retrocontinuidad. Seguro que Roy Thomas y Sal Buscema no tenían la palabreja en mente cuando crearon a los Invasores, allá por el año 69. Pero de eso se trataba, de cambiar el presente de algunos personajes introduciendo elementos nuevos en su pasado, datos y hechos que "siempre habían estado ahí", pero que los lectores desconocían. A ellos- al contrario que en la Marvel actual- el invento les salió bien, y los Invasores se consolidaron rápidamente como uno de los grupos superheroicos "clásicos", reciclando personajes de la antigua Marvel, cuando la editorial era conocida como Timely Comics. Así, el Capitán América, Namor, la Antorcha Humana, Toro y Bucky unían fuerzas contra el Eje, zurraban a los nazis y acababan definitivamente con la amenaza de Hitler (quien, en el universo Marvel, muere a manos de la Antorcha Humana, y no pegándose un tiro en un bunker)

Y después...Finalizada la guerra, los héroes se unían a otros grupos y seguían con sus vidas, y los lectores del 69 ya sabían de sobra como el Capitán America era despertado por los Vengadores o como Namor gobernaba en Atlantis. El tiempo pasó, la generación de lectores que leyó a los Invasores creció y el universo Marvel sufrió todos los cambios que puede sufrir un mundo de ficción al que cientos de guionistas y dibujantes enriquecen (o empobrecen) con sus ideas.

Y ahora nos situamos en 2008. Marvel ve cerca su 70 aniversario y decide relanzar a sus personajes más ancianos, aquellos que llevan con la compañía desde su nacimiento. Así que, para regocijo de lectores veteranos y noveles, vuelven los Invasores.

El tomo Vengadores/Invasores (no entiendo por qué los Invasores no van delante de los Vengadores, siendo estos últimos meros comparsas en el comic), recién publicado por Panini en nuestro país, no es, y se agradece, un nuevo ejercicio de retrocontinuidad. En lugar de eso, Jim Krueger y Alex Ross utilizan algo tan recurrente y simple como los viajes en el tiempo. Los Invasores están luchando contra las fuerzas alemanas en 1941 y de golpe, ¡zas!, aparecen en el Nueva York de nuestros días. Por supuesto, y en la mejor tradición del comic de supers, no tardan ni dos páginas en enzarzarse en una nueva pelea.

¿Qué lo hemos visto mil veces? Cierto, y decir mil serían pocas. Pero, como siempre, la gracia radica en como contarlo, y se nota que Krueger y Ross tienen devoción por los héroes de la Segunda Guerra Mundial, así que un argumento sencillo se convierte en la excusa para retratar a sus personajes favoritos y enfrentarlos a los miles de cambios sucedidos desde entonces. Por supuesto, alguno de los Invasores se enterará de que no llegó a viejo. Por supuesto, el clásico enfrentamiento yo-del pasado contra yo-del presente estará servido. Pero mientras los tópicos se acumulan uno tras otro la historia avanza con buen ritmo, los protagonistas tienen algunos momentos de reflexión entre batalla y batalla que son lo mejor del comic (impresionante la reacción de la Antorcha Humana al descubrir el trato que SHIELD les da a sus androides), y el ambiente a aventura clásica lo llena todo. El dibujante, Steve Sadowski, también cumple su tarea, con unos lápices correctos y varias escenas de acción muy bien narradas, aunque alguna postura resulta un tanto forzada y las tintas no siempre le favorecen.

Falta por ver si el final de la historia, que Panini publicará en diciembre, estará a la altura de esta primera parte, y si la trama del viaje en el tiempo acabará siendo algo más que una simple herramienta argumental. Pero de momento, Vengadores/Invasores 1 es un comic muy entretenido, con personajes cuidados y un ambiente que mezcla la diversión de los Vengadores de los años 80 con el tono oscuro y conspiratorio de la Marvel actual.

viernes, 7 de agosto de 2009

Reseña: Los Viajes de Tuf

Los Viajes de Tuf.

George R. R. Martin.

Reseña de: Matt Davies

Zeta Bolsillo
. Col. Nova. Barcelona, 2009. Título original: Tuf Voyaging. Traducción: Alberto Soler. 556 páginas.

Si hay algo que el buen lector siempre ha de agradecer es el asombro y la ilusión que produce el encontrarse con libros como Los Viajes de Tuf. Y escribo esto pensando precisamente en la agradable sorpresa que me llevé al caer en mis manos la reedición de la obra de Martin. Siete relatos - uno de ellos casi una novela corta- que comparten protagonista y temática, y que resultan ser totalmente disfrutables del primero al último.

Haviland Tuf es un comerciante, poco mas que un buhonero, de apariencia extraña y casi ridícula y mente racional y práctica hasta extremos exasperantes. Es vegetariano, enorme y calvo, y muestra un especial cariño por los gatos. En el primero de los relatos, por verse involucrado en circunstancias ajenas a sus deseos, acaba en posesión del Arca, una nave descomunal que contiene el laboratorio genético mas grande de la galaxia. A partir de ahí, seguimos a Tuf en sus andanzas de un planeta a otro, usando el enorme poder que ha caido en sus manos casi por casualidad con una muy inteligente mezcla de sentido práctico e inocencia.

El punto de partida es, pues, bastante sencillo. A excepción del primero de los relatos, el resto encajan en el mismo esquema: Tuf llega a un planeta que sufre una grave crisis ecológica, ofrece sus servicios a cambio de un generoso pago o unas reparaciones a su nave, los representantes del planeta aceptan a regañadientes y la crisis es finalmente solucionada. Simple, si, pero en ningún momento se tiene la sensación de que los relatos vayan perdiendo frescura u originalidad, sino justo al contrario: la oposición entre la personalidad extravagante y analítica de Tuf y sus distintos patrones- que van desde los muy honorables a los directamente malvados-, y la cercanía de los problemas presentados- el control de natalidad o la introducción de nuevas especies en un ecosistema- es lo que sirve de motor a las distintas historias, dejando Martin las florituras narrativas a un lado y centrándose en su personaje principal, enfrentado a problemas que buscan la reflexión, y no solo el divertimento, del lector.

Los relatos que componen Los Viajes de Tuf están ordenados no por fecha de publicación, sino por continuidad de la propia historia. Somos testigos de como Tuf aprende a utilizar el poder casi ilimitado del Arca (de monstruos horribles a cosechas resistentes a la polución, pasando por plagas bíblicas; todo puede cultivarse en los tanques de genética de la nave), y como ese poder casi divino y las decisiones que ha de tomar a la hora de utilizarlo lo van cambiando relato tras relato. Aun así, Tuf es un personaje completamente positivo, y Martin no puede escribir acerca del poder absoluto corrompiendo a su protagonista. Tuf, noble y honrado antes y después de adueñarse del Arca, acaba siendo una especie de deidad menor a ojos de aquellos que requieren de sus servicios. En ocasiones un poco caprichoso y extraño, pero siempre justo. Utilizando a Tuf como un alter ego mas que obvio, Martin no tiene reparos en criticar todo aquello que no le gusta, y ataca a los gobiernos llenos de burócratas holgazanes, a los extremismos religiosos y al maltrato continuo al medio ambiente, pero sabe darle a sus relatos un tono irónico y amable y un final siempre esperanzador.

En fin, si añadiera como conclusión final lo hábilmente escrito que está, lo mucho que me ha gustado o lo inteligente de sus argumentos me repetiría, asi que acabo con una reflexión personal: Metido como estoy (aunque sea de refilón) en el mundo de la enseñanza, y después de ver las lecturas obligatorias de mis alumnos...¿no se podrían leer libros como este en los institutos y colegios? Bien hecho, divertido, crítico y didáctico, pero sin ningún tipo de falsa moralina. Pero me temo que la mía solo es una pregunta retórica...

lunes, 3 de agosto de 2009

Lanzamientos: Novedades Zeta Bolsillo para otoño del 2009

Hemos recibido un avance de los títulos relacionados con el fantástico que Zeta Bolsillo publicará tras el verano.

NOVEDADES ZETA BOLSILLO OTOÑO 2009



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