El portador
de luz, III.
Brent Weeks.
Reseña de: Santiago
Gª Soláns.
Fantascy.
Barcelona, 2015. Título
original: The Broken Eye. Traducción: Manuel de los Reyes. 984 páginas.
La tercera entrega de El Portador de Luz arranca prácticamente allá donde terminaba la
anterior, La Daga de la Ceguera, con los protagonistas no precisamente en
las mejores condiciones, sino inmersos en peliagudas situaciones, un par de
ellos incluso en inminente peligro de muerte. Por ello, para poder adentrarse
con garantías en la lectura de esta novela, es necesario, si no imprescindible,
haber leído las precedentes, sin las cuales es muy difícil entender quiénes son y todo lo que les está sucediendo a los personajes, cómo es el funcionamiento de la magia o
cuáles son las reglas que rigen la política de este mundo entre otras muchas
cuestiones de vital importancia. En la presente novela se hace patente la
existencia de una orden de asesinos, el Ojo
Fragmentado, de la que ya había indicios en la anterior entrega, pero a la
que se creía desaparecida hace mucho tiempo, que añade un nuevo elemento al
juego de poderes en conflicto. Weeks
factura una fantasía épica repleta de intriga política y de espionaje que no
deja insatisfecho al aficionado al género.