El juez de Sueca.
Eduardo Casas Herrer.
Reseña de: Amandil.
Autoedición. Madrid, 2014. 74 páginas.
Para su segunda novela, Eduardo Casas ha optado por abordar el complicado (a mi juicio) género histórico con un relato desgarrador, rotundo y muy intenso que al concluirlo no deja indiferente al lector. Aunque el libro se nos presente como una "novela histórica" realmente nos encontramos ante una dramatización novelada de un hecho concreto que sí sucedió.
Esta novela corta no es una "aventura inventada" ambientada en un determinado momento o lugar, si así fuese no tendría mucho más valor que el que se pudiese encontrar en un relato breve amateur. No, aquí el autor se atreve a meterse en un terreno pantanoso, plagado de violencia, un breve descenso a los infiernos. Y lo que es más aterrador, contando un hecho real, algo qué sucedió y no hace mucho.
Por supuesto, el autor se toma algunas licencias (de las que avisa oportunamente en el epílogo) para que la narración goce de una mayor profundidad y dinamismo.
Esta novela corta no es una "aventura inventada" ambientada en un determinado momento o lugar, si así fuese no tendría mucho más valor que el que se pudiese encontrar en un relato breve amateur. No, aquí el autor se atreve a meterse en un terreno pantanoso, plagado de violencia, un breve descenso a los infiernos. Y lo que es más aterrador, contando un hecho real, algo qué sucedió y no hace mucho.
Por supuesto, el autor se toma algunas licencias (de las que avisa oportunamente en el epílogo) para que la narración goce de una mayor profundidad y dinamismo.