Ted Kosmatka.
Reseña de: Santiago
Gª Soláns.
Fantascy.
Barcelona, 2014. Título original: The Games. Traducción: Gemma
Rovira. 414 páginas.
Nos encontramos ante la primera novela del autor
en la que ofrece un thriller de suspense científico,
en un futuro cercano, jugando con los supuestos avances, desmedidos,
en ingeniería genética e inteligencia artificial. No se
trata de una crítica a la ciencia en sí misma, sino de un «aviso»
contra la falta de controles en la investigación de ciertas
tecnologías, del peligro de jugar con la naturaleza para intentar
doblegarla a nuestra voluntad, de la ambición desmedida por hacer
dinero con cualquier nueva tecnología o descubrimiento científico
―de hecho, como si ese fuese su único propósito―, del riesgo de
la búsqueda del saber por el saber sin pensar en las consecuencias,
o de las interferencias de la burocracia y los desmanes de los
políticos en otras áreas de la sociedad ajenas a su ámbito propio.
Con una «tecnojerga» y unas especulaciones bastante ajustadas al
tema que se está tratando y con una base en biología e informática
en apariencia sólida para dotar de una agradecida verosimilitud a lo
narrado ―doctores habrá que me corrijan―, el libro recuerda a alguno de los
tecnothrillers de Michael Crichton ―inevitable
pensar en Parque Jurásico― o del tándem Preston
/ Child, con abundante atención a los detalles y unos personajes
que cumplen efectivamente con su papel pese a un intento de
innecesaria y excesiva caracterización familiar y afectiva.