Takeshi Kovacs /2.
Richard Morgan.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Gigamesh. Col. Gigamesh Ficción # 68. Barcelona, 2020. Título original: Broken Angels. Traducción: Juanma Barranquero y Andrea M. Cusset. Ilustración de portada: Alejandro Terán. 688 páginas.
Morgan cambia la investigación noir hardboiled de Carbono modificado por una exploración arqueológica en medio de una zona de conflicto bélico en el que Kovacs se ha visto envuelto. Una aventura que mantiene, e incluso multiplica, el cinismo del protagonista conforme avanza por un camino de violencia y traición, en el que él mismo no sale demasiado precisamente bien librado en cuanto a sus decisiones morales. Ángeles rotos es una obra que trae a la memoria las novelas de grandes escenarios galácticos y fuerte sentido de la maravilla del Clarke de Cita con Rama o las de civilizaciones alienígenas que han abandonado nuestro sector estelar dejando atrás fascinantes artefactos de Jack McDevitt, si las mismas hubiesen sido escritas al dictado de la violenta y sórdida óptica de Sam Peckinpah, dejando a su paso un buen número de cadáveres. En esta segunda entrega de la trilogía no se puede hablar de una continuación directa de lo anterior, sino de una nueva aventura, posterior y prácticamente independiente de aquella, del protagonista con una nueva funda luchando como mercenario corporativo, y que se puede leer y comprender sin necesidad de haber leído aquella —aunque no deja de ser algo muy recomendable haber hecho—.