Nueva York 2140.
Kim Stanley Robinson.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Minotauro. Col. Biblioteca Kim Stanley Robinson. Barcelona, 2018. Título original: New York 2140. Traducción: Manuel Mata. 645 páginas.
Economía, desastre medioambiental y advertencia ecologista, teoría económica, pinceladas de aventura, exploración y arqueología urbana subacuática, economía financiera aplicada, especulación de futuro cercano e intriga policíaca, política y social, críticas a la economía capitalista, pesimismo general matizado por un optimismo local, nuevos desarrollos tecnológicos…, y sí, bueno, mucha economía. Robinson extrapola desde nuestro presente una situación futura tan pesimista como romántica y, desgraciada y muy posiblemente, real: el cambio climático ha traído consigo el deshielo de buena parte de los casquetes polares y la consecuente subida del nivel de los mares, anegando las costas y convirtiendo buena parte de Manhattan en una nueva Supervenecia. Los residentes han tenido que adaptarse ellos mismos y sus edificios a la nueva situación. Las calles se han convertido en canales surcados por diferentes tipos de embarcaciones, desde hidroalas privados a vaporettos a modo de taxis. Gracias a la investigación y desarrollo de nuevos materiales los más ricos han construido en la parte alta de la ciudad, todavía libre de las aguas, unos super rascacielos de cientos de pisos de espacio desaprovechado, mientras que la clase media y baja sigue sobreviviendo en los depauperados y amenazados barrios marginales, entre el embate de las olas y los elementos que dificultan el día a día en la intermarea. Sea como sea, los neoyorkinos, una casta especial de ciudadanos, se resisten a abandonar su urbe. Superado, en teoría, lo peor de la catástrofe medioambiental, el colapso de las infraestructuras o la crisis humanitaria de refugiados y desplazados, la ciudad renace, retoma sus fuerzas y sigue viviendo con ansia desmedida. Pero, ¿ha pasado de verdad lo peor o es tan sólo un espejismo, la calma antes de la tormenta? El autor convierte esta novela en un aviso sobre un proceso que muy bien podría estar a punto de convertirse en irreversible: el cambio climático.