Alix E. Harrow.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Roca editorial. Col. Novela. Barcelona, 2020. Título original: The Ten Thousand Doors of January. Traducción: David Tejera Expósito. Ilustración de sobrecubierta: Shutterstock. 398 páginas.
Esta es la historia de Enero, una chica mestiza que encontró un libro, y es también la historia de Adelaide Lee Larson, y la de Yule Ian Académico, de quienes trataba ese libro. Y es la historia de las búsquedas que unos y otros emprendieron y de todas las puertas, perdón, de todas las Puertas que hallaron —Puertas que conectan con otros mundos, con Otro Lugar—, y de todos los cambios que acaecieron cuando las cruzaron. Harrow factura un libro de enorme belleza, con un ritmo suave, donde los sentimientos y la imaginería son casi tan importantes como la acción. Con ecos y aromas literarios que de alguna manera evocan en la distancia a la LeGuin de Terramar, es esta una novela que desarrolla, reinventándolos, temas clásicos de la Literatura Fantástica, que podrían enclavarla tanto entre las historias de umbrales o agujeros en la realidad que llevan a reinos fantásticos como en una posible ciencia ficción soft de mundos paralelos. Pero lo cierto es que el de los portales a otra dimensión, aún encontrándose en el centro del relato, ni siquiera es el tema principal del mismo —y puede llegar a desconcertar a algún lector, ante la tardanza de la protagonista en cruzar a alguno de esos lugares—, sino el importante trasfondo que permite a la autora plasmar lo que desea. Así, mediante un deslumbrante ejercicio estilístico, Harrow realiza un declarado homenaje a la imaginación, al poder de las palabras, la escritura y las historias, y al Amor Verdadero.