Diana Wynne Jones.
Reseña de: Santiago Gª Soláns.
Nocturna ediciones. Col. Literatura Mágica # 68. Madrid, 2018. Título original: House of Many Ways. Traducción: Gema Moraleda. 304 páginas.
[Reseña publicada originalmente el 15 de noviembre de 2010, y que recuperamos ahora debido a la nueva edición del título por parte de Nocturna ediciones].
Situada en el mismo mundo mágico de El castillo ambulante y El castillo en el cielo, con los que comparte alguno de los personajes, La casa de los mil pasillos comienza cuando la adolescente Charmain Baker es enviada por su rígida tía abuela a cuidar la casa de su tío abuelo William, el mago Norland, aquejado por una enfermedad que solo los elfos pueden curar para lo que han de llevárselo a sus tierras. Enseguida Charmain, que ha sido criada por su familia ―sobre todo por su madre― en un ambiente extremadamente protegido y respetable, sin ningún contacto en absoluto con la magia, sin saber realizar ni la más mínima tarea doméstica y cuyo único anhelo parece ser que la dejen tranquila con sus amados libros, se dará cuenta que la casa es muy especial, un nexo en el espacio y el tiempo en el que es muy fácil perderse si no se siguen correctamente las instrucciones. La tarea de la joven será ordenar el terrible desorden en que, por su enfermedad, el mago ha dejado toda la vivienda, con sacos de ropa sucia apareciendo por doquier, y de cuidar a Waif, un perrito abandonado que el anciano había recogido recientemente y que le deparara algunas sorpresas. La recién estrenada independencia, lejos de las cadenas maternas, animará a Charmain a solicitar, sin demasiadas esperanzas de conseguirlo, un puesto de ayudante en la Biblioteca Real dado su amor por los libros.