Eps. 1 y 2.
Gary Dauberman, Mark Verheiden.
Reseña de: Alb Oliver.
Atomic Monster, DC Universe. USA, 2019. Temporada de 10 episodios.
Bueno, ésto va a ser un hola y adiós... Antes de la emisión en USA del segundo episodio, se conoció la noticia de que la serie no iba a renovar por una segunda temporada. Si pensáis que debe de ser muy mala para que con solo un capítulo en el aire se decida su total aniquilación, os equivocáis.
Curioseando por las redes he llegado a leer varias versiones, que si diferencias entre directores, que si promesas de fondos incumplidas y presupuestos elevados... Me resulta indistinto, me parece una lástima que algo que podría resultar interesante pase al fondo del armario, pero es lo que hay. Pasemos a comentar un poco sobre lo visto hasta el momento y sobre el personaje.
No fueron otros más que Len Wein y Bernie Wrigthson quienes crearon al personaje allá por 1971, dentro de la colección House of Secrets, que se dedicaba a contar historias de terror autoconclusivas, cosa que distaba del catálogo de superhéroes de DC cómics.
La historia era bastante simple, Alec Holland, prometedor científico y su esposa Linda, se encontraban trabajando en un proyecto secreto en los pantanos de Louisiana: una formula bioregenerativa con la que pretendían solucionar los problemas del hambre a nivel mundial. En éstas, que tan felices estaban ellos con los resultados, una organización mafiosa decidió pasarse a saludarlos y presionar un poco para hacerse con ella, y como resultado pusieron una bomba que hizo que Alec cayera al pantano en llamas y con la formula por encima. Eso, mezclado con las sustancias propias del pantano, hizo que posteriormente se levantara con la apariencia monstruosa de un hombre geranio (lo siento, alguna vez lo han llamado así y siempre me hizo gracia. También añado que posteriormente se varió su historia original y no fue Alec quién “resucitó”, sino que solo sus recuerdos formaban parte del hombre planta.
Inicialmente solo era una criatura, sin mayores habilidades, pero poco a poco fue ganando conocimiento (y más al ser relanzado por un señor llamado Alan Moore, quien lo dotó de “poderes” con los que podía controlar el “Verde” la red vegetal del planeta). En sus comienzos perdió una mano, y tuvo que esperar un procedimiento largo para que se regenerase, mientras que una vez tuvo conciencia de sus capacidades, el regenerarse, crear nuevos cuerpos o viajar a través del verde se convirtió en cuestión de segundos. Decir que su gurú en ello no fue otro que cierto mago llamado John Constantine, quien muy en su línea lo utilizó en beneficio propio y de la humanidad.
¿Qué es llamativo del personaje? Pues muy simple, no se trata de un superhéroe que corre a la lucha, podríamos decir que no tiene una galería de enemigos a los que derrotar en cada cómic, sí tiene antagonistas, o alguna peleílla, pero muchas de sus historias son diametralmente opuestas a ello.
Conocí a la Cosa del Pantano de bastante joven, entre las enormes pilas de cómics de mi hermano. Debo decir que solo con ver las portadas, me intimidaba. Acostumbrado a las más coloridas de otros personajes con poderes que dejaban claro que eran héroes, con él pensaba que sería algún monstruo malvado o algo aterrador, por lo que tardé bastante en conocerlo (sí, me han dicho que os gusta cuando pongo esta clase de anécdotas).
Empezando con la serie, debo añadir que no es la primera, ya hubo una de acción real en los 90, que seguramente pasaría desapercibida, así como dos películas y otra serie, esta de animación y con mucho toque de salvemos el planeta.
La serie actual, con dos capítulos visionados, viene a ser otro giro de tuerca, distinto, pero no por ello peor o mejor.
Hasta ahora, hemos podido ver su nuevo origen, en el que nuestro personaje cae al pantano mientras investiga vertidos ilegales, colaborando con Abigail Arcane, doctora del CDC, que vuelve a su pueblo natal por una misteriosa epidemia de la que no está encontrando ningún rastro por los medios habituales. De inicio se da el clásico dúo de investigadores, hombre y mujer, lo que entiendo va a ser la tónica de esta única temporada, aunque convertidos ya a partir del segundo capítulo, en el algo menos típico dúo de monstruo y mujer investigando un misterio.
La elección de actores, no sé qué decir, no encuentro parecido con los personajes de cómic, Abby (Abigail), interpretada por Crystal Reed, es una mujer bella, pero obviamente su color de pelo moreno contrasta mucho con el clásico pelo blanco con dos mechones negros (al inverso de la novia de Frankenstein). Quizás estéticamente no quedara bien, pero para mí es el rasgo que esperaba de una Abby.
Holland como monstruo, pues Ok, poco que decir, pero como humano tampoco tiene ningún rasgo del rubito Holland de los cómics.
Siguiendo con la tónica yanqui de introducir personajes de color, tenemos dos casos, Matt Cable, que en el cómic fuera mejor amigo de Alec y Linda y posteriormente marido de Abby, y que aquí es un fornido agente de la ley y compañero de instituto platónicamente enamorado de Abby. Y Madame Xanadu, echadora de cartas de Tarot (y mucho más) del Universo DC, reconvertida aquí en una santera cajún.
¡Ah!, y anotad este nombre, por si a alguien le suena, hay un tal Jason Woodrue por ahí... No estaría mal un homenaje a “Lección de Anatomía”.
¿Qué es lo bueno? Que con la trama coges esos detalles y los obvias.
Visualmente, me está encantado. Más que una serie, produce la sensación de estar viendo una película, opino que gracias a la utilización de escenarios reales.
Así, la trama parece bastante enredada. Al añadido de la enfermedad misteriosa y a la investigación frustrada de Holland, pronto se empieza a ver que la marcha de Abby de ese pueblo se debió a ciertas situaciones de lo más traumáticas, y que, claro, volver allí después de tantos años va a desenterrar temas que seguro hubieran permanecido mejor olvidados (y quizás más cosas).
La inclusión de La Cosa del Pantano en el Universo Vértigo supone, además, que se trata de un cómic adulto, algo que se traduce en que, con solo dos episodios vistos, os recomiendo que si tenéis hijos no os confiéis y os pongáis a ver la serie con ellos. No me refiero a sexo, sino a que visualmente es bastante impactante, y algo de violencia extrema también se añade a la mezcla.
Aunque el hecho de que la serie no vaya a continuar (espero que solo por ahora), que no sea ese el motivo por el que podáis decidir no verla, en conjunto me parece un acierto de serie, y si las tramas que ya han planteado en dos episodios tienen un buen desarrollo, podríais estar tomando una mala decisión. Y quién sabe, quizás las finalicen en la misma temporada y no nos quedemos frustrados...
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