viernes, 22 de febrero de 2013

Reseña: El Arca

El Arca.
Inundación 2.

Stephen Baxter.

Reseña de: Santiago Gª Soláns.

La Factoría de Ideas. Col. Solaris ficción # 170. Madrid, 2012. Título original: Ark. Traducción: Almudena Romay Cousido. 415 páginas.

Esta novela es continuación de la catastrofista Inundación, aunque lo cierto es que no se trata de una secuela al uso, dado que aquí la acción no retoma directamente del final de aquella, sino que retrocede un tanto en el tiempo para mostrar en paralelo otras visiones de la subida de las aguas y de la forma de la Humanidad —o de los EE.UU., más bien— de hacerle frente, centrándose básicamente en el proyecto de enviar una expedición a colonizar otro planeta, y extendiéndose luego más allá, en el tiempo, de donde terminaba la anterior. Si en la primera novela el lector asistía a una de las vías, la construcción de grandes balsas, en la presente se va a hacer hincapié en el proyecto de enviar una misión colonizadora al espacio, comenzando con la elección de la tripulación y recreándose en los problemas técnicos de desarrollar una tecnología capaz de construir una nave, un arca espacial, y enviarla a otro sistema estelar en un viaje que dure un tiempo relativamente breve. Se trata pues, como su predecesora, de una novela catastrofista, con la supervivencia de la Humanidad en juego, aunque con un mayor contenido de ciencia ficción que podríamos llamar clásica sumergiéndose de lleno en la especulación sobre las naves y viajes espaciales, su viabilidad y problemática.

Aunque, sobre todo en su primer tramo, hacen acto de presencia algunos de los personajes de Inundación —y uno de ellos tendrá relevancia en casi todo el camino—, lo cierto es que el peso de la trama lo llevan nuevos protagonistas, aquellos implicados directamente en un proyecto que se había mantenido en estricto secreto en todo lo descrito en la primera novela, salvo en cuanto a su propia existencia y el nombre que se le había dado: Arca Uno o Nimrod.

Así, tras una pequeña introducción en 2041, que engarza la acción con su antecesora, El Arca retrocede a 2025 con el proceso de selección de candidatos a tripulantes / colonos espaciales, para a continuación seguir en paralelo tanto su instrucción y preparación como a los científicos implicados en el desarrollo de las teorías necesarias para la creación de una nave con un impulso capaz de llevarla a otro sistema solar y la construcción en sí misma, y posteriormente la propia misión, cubriendo un total de 56 años, estructurando la acción en varios lapsos que van de 2025-2035, 2035-2041, 2041-2052, 2059, terminando en el periodo 2068-2081. Se abre así una desesperada carrera contra el reloj, contra la subida del nivel de las aguas, contra los desahuciados sin esperanza, contra las hordas de desplazados, contra la propia tecnología que parece decir que el empeño es imposible, contra los juegos políticos que podrían dar al traste con todo el esfuerzo, contra la falta de recursos, contra las dificultades de convivencia en ambientes cerrados...

Con el ya habitual tono prosísitico de su producción más reciente, un tanto desapegado y plano, que hace que en muchos momentos el lector tenga la sensación de encontrarse más bien ante un documetal dramatizado —algo que por un lado distancia la empatía al no caracterizar apenas a los personajes pero por otro aporta verismo a los datos—, los protagonistas tendrán que enfrentar grandes retos y muchos impedimentos, violentos enfrentamientos, tropiezos, mucha tensión, complicadas relaciones y difíciles decisiones personales...

Es cierto que en esta ocasión no profundiza demasiado en la idea de la inundación en sí misma, en su origen, causas y plausibilidad, al ser temas ya tratados en el anterior libro, y así puede centrarse más en los aspectos sociales del drama que se está desarrollando en la Tierra y en la preparación y acometida del proyecto. Es evidente que el tema de la propulsión del Arca es muy importante, al igual que la dificultad de encontrar y alcanzar un planeta habitable, lo que hace que en ocasiones la novela se adentre en la consideración de ciencia ficción hard, pero tampoco se come el grueso del relato, más volcao en la exploración de la evolución social que la situación provoca, con todos los problemas interpersonales de los implicados en la plasmación, teórica y práctica, de las ideas que permitan siquiera con soñar con establecer una colonia viable en otro planeta.

Singular importancia adquieren los palos que la burocracia va colocando en las ruedas del proyecto, saboteándose a sí mismo en ocasiones, poniendo trabas, imponiendo candidatos no preparados para la misión, estableciendo condiciones imposibles de cumplir... Empezando por un grupo de aspirantes a tripulantes altamente inestable, forzados a crecer muy rápido, a demostrar día a día su inteligencia, a convivir aislados fomentando las relaciones entre ellos de una forma absolutamente competitiva tanto en lo sexual como en lo académico, creando y destruyendo parejas más por el interés que por amor o el fin del mismo, rodeados de un mundo que se desmorona y cuyos paupérrimos habitantes odian lo que ellos significan, sus privilegios y sus posibilidades de escapar a la inundación... Y al final se antoja demasiado esfuerzo para tan poco resultado, además que el número de individuos que componen la tripulación parece demasiado escaso para hacer viable el acervo genético futuro y por tanto la colonia en sí misma.

Por otra parte, y como ya sucediera en la primera entrega, se antoja demasiado acelerada la brecha que se establece entre los padres y la primera generación de sus descendientes, ya sea de los «balseros» en Inundación o de los colonos espaciales en El Arca con la única excusa del aislamiento y las duras condiciones en que tienen que crecer para justificarlo. Baxter postula un abismo prácticamente infranqueable, con cambios no solo de mentalidad sino incluso físicos, que fractura de forma irreparable en dos a la Humanidad, incluyendo nuevos lenguajes que imposibilitan la comunicación. El evidente mensaje de que aquellos que no se adapten a las nuevas condiciones no sobrevivirán se ve confrontado al simple ritmo de la evolución biológica, que parece establecer plazos mucho más largos que los insinuados en la novela.

A pesar de todos los «peros» anteriores, lo cierto es que es esta una novela interesante, imaginativa y sugerente, que propone certeras reflexiones sociológicas e invita a pararse a pensar hacia dónde vamos como especie —se esté o no de acuerdo con ello—. Así, El Arca puede considerarse un libro bastante triste y pesimista, deprimente incluso, dado el poco futuro como especie que Baxter parece conceder a la Humanidad, con una fuerte tendencia autodestructiva según sugiere, y a su escasa capacidad de aunar esfuerzos ante las dificultades; dulcificada al final con un rayito de esperanza para no dejar con tan demoledor y amargo sabor de boca.

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Reseña de otras obras del autor:

 
En colaboración con Arthur C. Clarke:


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