Surgido del frío.
Víctor Santos.
Reseña: Francisco José Arcos Serrano.
Norma Editorial. Barcelona, 2015. Título original: Polar, Came From the Cold Hardcover. 168 páginas, bitono.
Black Káiser es el asesino más letal del mundo, y alguien quiere su cabeza. Cuando unos sicarios intentan asesinarlo, lo único que consiguen es morir en sus manos y encender la mecha de una bomba destinada a estallar en el seno de la agencia de asesinos Damócles. Solo hay dos finales posibles: o muere él, o mueren ellos.
Víctor Santos es uno de nuestros dibujantes patrios más hot del momento, el cual ha trabajado ni más ni menos que con el propio Brian Azzarello (estupenda Filthy Rich, por otra parte), detalle que representa uno de sus mayores triunfos al trabajar en el mercado americano.
Tengo que decir que no soy un auténtico entusiasta del trabajo de Santos (algunas de las anatomías de sus personajes son inverosímiles, restando calidad al resultado final); por poner un ejemplo: uno de sus trabajos más recordados e importantes, Los Reyes Elfos, a servidor no le dice gran cosa sobre todo por su dibujo y por la historia en sí.
Como alma inquieta que es este autor valenciano, Polar surge del formato digital para después ser publicada por Dark Horse y ahora por Norma Editorial en una excelente y cuidada edición en formato apaisado que destaca sobremanera en cualquier estantería.
Tengo que decir que a pesar de mi reticencia inicial con este autor, en Polar encontramos un tributo a autores de la talla de Frank Miller y Jim Steranko (ambos pilares fundamentales del estilo de Víctor Santos), dando como resultado un trabajo visual apabullante que me ha sorprendido gratamente.
Utilizando como referencia las masas de blanco y negro, Santos trabaja con el color rojo como hilo conductor de la historia, formando así un espléndido contraste que hipnotiza al lector de manera contundente.
También apreciamos un despliegue de recursos (planos espectaculares unido a ángulos impactantes, increíbles panorámicas, ritmo casi cinematográfico de la acción…) que denotan muchas horas y un gran trabajo en la mesa de dibujo.
Con todo este arsenal gráfico era inevitable que la historia en sí se quedara algo flojita, pero aglutina los suficientes elementos de noir y relato de espionaje sin complicación alguna que en definitiva no deja de ser un vehículo para que el autor se explaye a gusto en el aspecto gráfico.
En definitiva: Polar me ha servido para volver a creer en el trabajo de Víctor Santos, y es que en esta ocasión el jodío me lo ha puesto muy fácil con tal despliegue de narrativa visual digno de estudio.
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